24 de junio de 2007

EL ALMA DE VIAJE

Sintra sería una sirena si tuviese mar. Pero es un hada boscosa oculta entre el sorprendente follaje de sus calles vegetales y el silencio de sus mansiones secretas.
Abandonando la ruidosa plaza del Palacio Nacional, llena de turistas y figuritas de recuerdo, se comienza la subida por calles salidas como de un sueño. De golpe, el visitante se encuentra con la Quinta da Regaleira y al lado indicaciones hacia el Palacio da Pena o la Quinta de Quetais. También con la inquietud y el sobrecogimiento que produce tanta belleza y tanto silencio. Es en este momento en donde el visitante descubre que ésta es una de esas ciudades para volver con el alma. Sintra posee el poder de seducción que solo poseen las cosas que el viajero sabe que nunca se olvidan.
Se entiende que Byron, buscador de la belleza como pocos, se enamorara de Sintra. Ella tiene un romance secreto con la belleza que las almas sensibles ven enseguida.

1 de junio de 2007

LOS DIAS PERDIDOS

En estos días perdidos leo a Cioran una vez más y he de reconocer que a diferencia de muchos me pone las pilas. Alguna vez he bromeado sobre la posibilidad de regalar el breviario a un suicida para ayudarle a decisirse... pero he de reconocer que conmigo no vale.
Tras esas frases, tras esa decadencia, ese pesimismo, ese hastío, ese sinsabor vital se me ocurre siempre un ...pues mira! y sin embargo aquí me tienes!
Mi primer encuentro con Cioran fue extrañamente desde el principio, es decir, casi nunca leo a un autor en su primera obra, las recomendaciones me llevan a otros libros posteriores y a veces, solo a veces, vuelvo a las primeras obras. También he de reconocer que los autores a los que he llegado desde sus principios son, para bien y para mal, las voces que me acompañan a lo largo de mi vida.

Cioran me sedujo desde "En las cimas de la desesperación" manual para suicidas de menos de 22 años, (al menos así lo proyectó y así me locontaron). Ante un hecho como ese, no podía por menos que leerlo. Ahora, pasado el tiempo reconozco que en aquella primera lectura no entendí al autor. Tardaría bastante en hacerlo (aún hoy sigo haciéndolo) pero sí capté algo de lo que hoy estoy completamente seguro: tras ese deseo inmenso de desaparecer, de reducción a la nada, escribir supone para el autor una inyección vital y la filosofia su medicina...

En estos días perdidos es bueno encontrarse con alguien que "perdió su vida" viviendo siempre en hoteles, que nunca se casó, que nunca trabajó y que siempre consideró que Todo éxito es un malentendido...



..."Pues nuestro destino es pudrirnos con los continentes y las estrellas, pasaremos, como enfermos resignados y hasta el final de las edades, la curioisidad por un desenlace previsto, espantoso y vano."