24 de junio de 2007

EL ALMA DE VIAJE

Sintra sería una sirena si tuviese mar. Pero es un hada boscosa oculta entre el sorprendente follaje de sus calles vegetales y el silencio de sus mansiones secretas.
Abandonando la ruidosa plaza del Palacio Nacional, llena de turistas y figuritas de recuerdo, se comienza la subida por calles salidas como de un sueño. De golpe, el visitante se encuentra con la Quinta da Regaleira y al lado indicaciones hacia el Palacio da Pena o la Quinta de Quetais. También con la inquietud y el sobrecogimiento que produce tanta belleza y tanto silencio. Es en este momento en donde el visitante descubre que ésta es una de esas ciudades para volver con el alma. Sintra posee el poder de seducción que solo poseen las cosas que el viajero sabe que nunca se olvidan.
Se entiende que Byron, buscador de la belleza como pocos, se enamorara de Sintra. Ella tiene un romance secreto con la belleza que las almas sensibles ven enseguida.

1 comentario:

Gato con Guantes dijo...

Sigues sin tener mail? Entonces no debiste recibir el mío. Sepas que eres un c...n por poner en elfilosofon.blogia.com el mismo texto de platon que el que salio en la sele! jajajaja
A ver si nos vemos!
pd: por cierto, Si realmente byron se puso los cuernos a sí mismo con sintra, debe valer la pena. Un abrazo!